Para ser libre tienes que hacer muchas cosas que no te gustan.
Y eso es bueno, muy bueno, porque así aprecias de manera extraordinaria el tiempo que te queda para liberar las alas y crear lo que tu mente demente maquina todo el tiempo.
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Empecé a tomar las riendas de mi vida a los cuarenta, con miedo y muy lentamente. Desde cero.
Borré mi abultado currículum que sólo me había traído problemas, una profunda insatisfacción y segado de alas.
Che, qué liberación, tú.
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Cursé un módulo de calzado porque me había inventado unos complementos para sujetarme los zapatos de tacón (que me vienen todos sueltos debido a mis pies estrechos y se me iban cayendo), y pensé: ¡Si yo tengo este problema, alguien más lo tiene que tener!
Hice unos cuantos modelos con gran ilusión y no vendí ni uno (soy una fatal comunicadora). Tranqui, todo se andará, aunque no des un duro por mí. Lo abandoné por un tiempo pero… ¡he vuelto! Estoy trabajando en ello. Su nombre: «Ella es Gabriel». 😀
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Por cierto, en el instituto tenía unos apuntes de patronaje tan buenos que mis compañeros aprobaron gracias a ellos y me decían: «¡Tienes que hacer un libro de esto!»
Y en redacción se encuentra 😉
También hablo de técnica de calzado en la que es mi página principal gemavicedo.com
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Mientras tanto, entre técnica y técnica de calzado, redactaba artículos relacionados con los tacones y una cosa llevó a la otra y acabé escribiendo mini relatitos medio fetichistas. Ya veremos cómo acaba la cosa.
La cuestión es que, así, sin darme cuenta de la cosa, descubrí que me gusta escribir y lo mejor, a algunos amigos les gusta cómo escribo. ♥
Si quieres echar un ojo, Fetiche.
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Tengo un ángel de la guarda muy divino. No lo he visto nunca pero lo presiento, y doy por sentado que es él el que se vale de mis manos para teclear las historias que quiere contar. La primera fue «Buenas noches contentas» que convertí en mi (nuestro) primer libro, y la segunda, «El árbol encantado (Encantado de conocerte)». Me maravilla la capacidad imaginativa de mi ángel Gabriel. Son libros para mentes desde los 8 hasta los 123 años. Los autopubliqué en Amazon y están ilustrados (por mí, más bien o más mal todo me lo hago yo).
Mi amiga Carmen, de 89 años, espera en candeleta que saque libro nuevo y me pregunta cuántos he vendido. Cuando le respondo negativamente se indigna: «¡Es preciso que la gente lea estas historias tan maravillosas! ¡No se pueden quedar sin conocerlas!» Toda la razón. Carmen no sabe que el mundo está apajarado.
Realmente soy yo, que no me sé vender, no el mundo por no saber de mi existencia. Pero todo se andará; como decimos aquí: chano, chano.
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Nací el 2 de febrero de 1973.
He vivido los ochenta, la década más libre jamás vista, junto con los noventa.
Te puedes imaginar que me aburre sobremanera la censura de estos Idiotas Años Veinte y las idioteces que constantemente nos martillean desde todos los medios habidos y por haber. El tan ansiado siglo XXI era esto. Patético.
Soy individualista, no me integro en ningún colectivo y, como no podía ser de otra forma, mis libros son Libros libres de adoctrinamiento.
Faltaría más.
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Estreno década de los cincuenta. Me siento totalmente ajena a este número, pero ahí está, y gracias 😀 Ya veremos qué depara 🙂
Ahora es tu turno. Si me quieres contar algo sobre ti, tienes tu espacio en los comentarios. Será un placer escucharte.
Eternamente agradecida por tu visita 🙂
♥
Gema Vicedo Ramón, un ser libre.