Relatos cortos sobre tacones, algunos de ellos fetichistas.
La conexión sobrenatural entre dos personas. El alma gemela. El hilo rojo del destino. Mil novecientos setenta y tres. Roce de lenguas. Fotos. El ángel caído. La piel erizada. Calcetines sin tacones. ─Dame la mano. ─No me dejes nunca. ─Gabriel. ─Tienes que dejarme ir. ─No puedo. ─Me estás poniendo en un compromiso. ─No quiero. ─Tienes […]
«He blindado mi puerta y al llegar la mañanano me di ni cuentade que yanunca estabas.»Enrique Urquijo. Pasar de cien a cero. Eso es lo que sucede cuando identificas al amor de tu vida, a tu alma gemela, y de repente, nada. Te fuiste, cobijada y confortada bajo las alas de Gabriel y yo me quedé
Qué más me da a mí. A mí no me altera un bicho, aunque lleve corona. Ni me intimidan las patrullas de policía. Ni soporto el exceso de maquillaje del presidente hablando con voz lastimera. Los aplausos de las ocho; la ilusión de mis vecinos. Para mí, el recordatorio de que son las ocho. Nos
Tacones en estado de alarma Leer más »
Soy el tío más plantado de toda la historia, y no porque tenga buena planta, precisamente. Darse lástima a uno mismo es lo peor que un hombre puede sufrir. Está claro que hay cosas peores, como que te pille un tren, por ejemplo, pero ya se me entiende. La primera vez me cuidé de ponerme
Tacones despiadados Leer más »
La Edad Media, también conocida por Edad Oscura. Ha estado habitando en mi pecho un corazón lanceado, deforme por costuras improvisadas con puntadas a toda prisa, empequeñecido, endurecido y, finalmente, inerte. Los últimos tacones me dieron la estocada final que hizo que me retirara del ruedo. Me acostumbré a vivir así, en penumbra, en mi
Tacones renacentistas Leer más »
Cada noche me tienta el recuerdo. Me tienta a enviarte un mensaje diciéndote que te echo de menos; besarte. Me resisto. Me hago una paja y me duermo. A la mañana siguiente me alivia recordar que al final no sucumbí. Me siento alegre, ganador por mi fuerza de voluntad, libre. Pero llega la noche y
¿Cuál de los dos habrá dado más batallas, las botas militares o los tacones? Sin duda alguna, ganan…
Como cualquier tío fuerte y seguro de mí mismo, tengo una debilidad, podría decirse que bastante común (o al menos eso creo): tus tacones.
Ahora voy por la calle mirando los pies de la gente. Cuando veo unos tacones levanto la vista para identificar a la propietaria, por si eres tú.
Tacones por zuecos Voy esporádicamente a la farmacia a que me den algo: algo para la gripe, algo para los cortes, algo para la sequedad de los ojos… Los condones voy a comprarlos a otra farmacia donde siempre me atiende seguro un tío, aunque me pilla más lejos. Porque casualidad, la que tengo más cerca,
Tacones farmacéuticos Leer más »
