Debería hablar de zapatos pero hay noches que merecen mención.
Cuando te estás durmiendo te suelen venir ideas apoteósicas que debes apuntar. Es urgente anotarlas o dibujarlas porque son volátiles. No registrarlas hace que se conviertan en objetos perdidos en el mar; se escurren entre los dedos y no las vuelves a ver jamás. Y si por casualidad las recuperas, ya nunca vuelven a ser igual.
Puede ser que ya hayas entrado en el sueño pero no llegues a dormirte del todo; te atacan pensamientos horribles que te perturban la noche entera. Y se transforman en sueños feroces de impotencia extrema ante situaciones extrañas.
Cuidado con esas noches. Si tienes oportunidad de lucidez real en algún momento, incorpórate en la cama, enciende la luz y manda callar a los miedos. Y si no… bendita alarma.
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Yo soy Gema Vicedo y Ella es Gabriel.