Tacones olvidados; tacones renacidos
Tacones olvidados. Poco a poco dejaste de usarlos; tacones renacidos. Cuando te conocí ibas siempre elevada doce centímetros sobre tus perpetuos tacones.
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Ni tacones, ni perfume…
Si te bajas de los tacones No es que me guste especialmente Melendi pero oyéndolo he revivido mi carne en la tuya. Esa piel que tienes contra la que me precipito como un loco descontrolado. Cuando te bajas de los tacones te quedas allá abajo. Ya ves, yo que siempre las he preferido altas; nunca
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Tacones clavados
Tacones clavados Aún recuerdo cuando te besé en la boca. No entiendo todavía cómo funciona la química del cerebro que te empuja a juntar boca con boca. Inconsciente, supongo; no debí hacerlo. Pero es que te vi con los tacones y me elevaste de peldaño; y después ahí, riéndote, burlándote de algo que dije, se
La locura hecha tacón.
Tus tacones Desesperación que me presiona el vientre. La necesidad que hace que me cubra la boca con la mano. Cierro los ojos ante la imagen mental de tus tacones. Tú y tus tacones, recurrente, insistente. Me siento dramático y aborrezco esta sensación. Me viene una y otra vez, conduciendo, caminando por el pasillo, por
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Tacones. Orgasmo de oído
Tacones Orgasmo de oído. Lo primero es externo, tus tacones. Sé lo que viene después; es interno. Tú no te enteras de nada. Me ves impasible, indiferente a ti, hago que te sientas invisible. Sigo con mis cosas. Es externo. Por dentro estoy nervioso. Me palpitan las cabezas, se me hinchan las venas. Mi sien
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Fetichista de tacones
Los tacones me vuelven loco Tacones. Me ponen enfermo. Los veo y me hipnotizan. Siento unas ganas irrefrenables de tocarlos. De ponerlos sobre mi pierna y de tocar el pie que los lleva. Pasar de la piel del pie a la piel del zapato, a la rigidez del tacón. Largo, estrecho, suave, yerto. Pasar el dedo
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