Tacones besables
Al principio no sabía cómo tenía que proceder, me descolocabas. Después aprendí a manejar tus reacciones asalvajadas y a notar tus tacones en la piel.
Relatos cortos sobre tacones, algunos de ellos fetichistas.
Al principio no sabía cómo tenía que proceder, me descolocabas. Después aprendí a manejar tus reacciones asalvajadas y a notar tus tacones en la piel.
Tacones en vena. Tu desnudez en vena. En esos momentos no puedo hablar; me vuelvo primitivo, irracional, sin posibilidad de articular nada coherente.
De nuevo en mi mente con las piernas cruzadas sobre la cama esperándome, con tus tacones, tus calcetines, tu media sonrisa, y nada más.
Me gustaban los tacones en ti. Me gustaban cómo te arqueaban las piernas más de lo que las tenías. Me gustaba subir desde los tacones por tu pierna…
Mis tacones no míos Leer más »
Te fuiste amargada, sin dar el fuerte portazo que yo necesitaba oír, dejando las cosas a medias. Entré en el dormitorio y vi tus tacones negros en el suelo.
Me faltan los tacones de tu cuerpo. Ahora lo sé. A nadie le gustan los tacones más que a mí, lo sabes. Contigo me sentía entero.
Tacones rompecabezas Leer más »
No hay sensación peor que no poder culminar el cosquilleo con un estornudo magnífico. No hay sensación mejor que esperar tus tacones detrás de la puerta.
Tacones azules, relato corto de la editorial «Fetiche»: posiciones opuestas, personalidades dispares que quizá nunca se tendrían que haber encontrado.
Voy a regalarte unos tacones. Quiero un portaminas. Esta mañana me he sorprendido sonriendo al recordar una de nuestras conversaciones.
Tacones y portaminas Leer más »